martes, 9 de junio de 2009

ANÁLISIS ANTROPOLÓGICO DE LA OBRA EL CLAMOR DE LOS SEPULCROS DE KHALIL GIBRAN


El poeta árabe Khalil Gibran fue influenciado en sus obras, artísticas y literarias, por los muchos factores que marcaron su vida, entre ellos su nacimiento en Bechare, al norte del Líbano. Resulta que en 1883 el Líbano estaba siendo asediado por el imperio turco lo que mantenía sometida a su nación, hecho que sin duda marco su infancia, su vida, la forma en la que escribía, las experiencias que narraba, y la critica que le hacia al mundo en el que imperaba la imposición del poder y la autocomplacencia; factores que serán profundizados en este escrito posteriormente. Otro factor importante para su apreciación del mundo, de quienes vivían en él, de la manera como actuaban y, que trazó su rumbo en las artes y la escritura, fue sin duda su amor y atracción por lo bello y lo equilibrado, lo cual se refleja en la sutileza y firmeza con la que critica la hipocresía, la ambición, la condena al prójimo –o como bien dicen los Evangelios, en los cuales fue educado por su madre y a los que hace referencia continuamente: los que ven la paja en el ojo de su hermano pero no la viga en su propio ojo-, en otras palabras, a los que se dejan arrastrar por la pasión y la autocomplacencia; y en sus pinturas, las mismas que lo dieron a conocer en el mundo occidental



En este sentido, opino que los cuentos recopilados en la obra titulada ESPIRITUS REBELDES de este poeta, recoge, o por lo menos muestra, gran parte, de la rebelión que él hace contra este mundo que se complace a si mismo, en cuyas personas no hay sentimientos que demuestren interés hacia el prójimo, sino por si mismos y sus deseos, simplemente mezquindad. Aquí él se revela, mediante sus personajes, ante lo que por ignorancia, fanatismo, intolerancia o ciega tradición el pueblo condenaba, sin ahondar en las condiciones que condujeron a determinado acto, sino en lo que se quería ver para tener razones al condenar, que ante los ojos morbosos parece un pecado o abominación, pero a los ojos del señalado y del que no se prendaba de lo popular, era sencillamente un resultado de las circunstancias y algo de lo que pocos estaban exentos de falta.

Ahora bien, específicamente me gustaría compartir algunos comentarios acerca del cuento El clamor de los sepulcros el cual hace parte de la compilación antes mencionada, que puede relacionarse perfectamente con el documento Los afanes cotidianos que profundiza en los conceptos elogio, masa y poder, los cuales, no solo son evidentes en el ámbito escolar sino que transversalizan todo contexto sea religioso, político, económico o sociocultural.

En este cuento se relatan una serie de acontecimientos que llevan a la muerte de tres personas, el asesino, la adúltera y el ladrón ¿criminales perversos, no? Pues bien, eso pensaríamos todos, generalmente a nadie se le pasaría algo bueno por la mente; lo mismo opinaba el pueblo que contribuyo a la muerte de estos tres. La verdad es que estas tres criaturas que, según la tradición, eran culpables y sobre las cuales, la ley en su ceguera, extendió las manos y las extermino. ¿Por qué justicia ciega? Estos condenados no habían cometido tales atrocidades, o por lo menos, no como lo de clararon los guardias ante el Emir, pero el poder no lo tenían las victimas sino los victimarios, por lo tanto, aunque las acusaciones no eran validas, sus voces no eran nada ante la palabra del Emir ni ante el clamor del pueblo en pro de la justicia. Ahora pensemos... ¿Cuántas veces hemos condenado a un alumno solamente escuchando las opiniones posiblemente sesgadas de los demás? ¿En cuántas ocasiones hemos emitido “un fallo” sin analizar las circunstancias del hecho? ¿Cuándo hemos sido asesinos como el Emir? ¿Qué tan justos somos con nuestros estudiantes, elogiamos al que realmente se lo merece? Ahora como alumnos… ¿Pasamos en medio de quien sea con tal de sobresalir en nuestro grupo? ¿Hemos asesinado a un compañero? ¿Somos justos al juzgar los comportamientos y las acciones de un par?

Aprender a renunciar al deseo también entrelaza la obra de khalil con el texto Los afanes cotidianos, pues el escritor del primero plantea que es necesario renunciar a la mera autocomplacencia, revelándose ante los placeres humanos, pues si se hace con ambición y mezquindad origina la miseria de la humanidad, así mismo el segundo dice que esto es necesario para poner limites a los alumnos al no dar rienda suelta a sus impulsos y de esta forma evitar el caos. Los estudiantes deben comprender que no siempre pueden obtener lo que quieren debido a que están conviviendo en un espacio escolar en el que hay unas reglas especificas que se orientan hacia su formación, y que , además, están rodeados por sus pares que tienen pensamientos requerimientos y necesidades diferentes a las de ellos, porque cada persona es singular . Preguntémonos entonces, ¿Hasta que punto estoy contribuyendo con esa miseria?


A modo de conclusión, el poeta Khalil Gibran plantea un mundo de interesante equilibrio y belleza, donde, según comprendo, si se habla de poder, debería ser justo y principalmente sin contradicciones, ya que de ser así no existiría equilibrio, lo que da lugar al caos. Es interesante saber que para el llegar a esa postura fue necesario vivir todo lo contrario, pues experimento dificultades emocionales, sentimentales, familiares y económicas que le permitieran, con argumentos de vivencias personales, determinar que lo necesario para lograr el orden de la humanidad es necesario establecer un equilibrio conjunto. Lo anterior, aplicado específicamente al ámbito escolar, podría generar buenos resultados, eso si se aplica de una forma organizada, eficaz y sobretodo equilibrada.

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